Reo

Vender su alma como lo hizo por la consecución de un puñado de votos que le permitiese continuar ocupando la poltrona le ha conducido a tener que soportar un chantaje continuo (por otro lado, nada extraño por parte de quien lo realiza, pues tontos serían si diesen sus votos a cambio de nada) que hoy llega a rozar el delirio.

Decoro y buenas maneras

El problema surge del insulto y vilipendio que sufren desde hace años el decoro y las buenas maneras, el comportamiento serio y la elegancia, todo ello perdido en favor de actitudes propias de jovenzuelos inmaduros y vehementes que prefieren dar rienda suelta a sus pasiones y sentimientos a usar la inteligencia.

Lucha, perspicacia y estética.

La eliminación del premio de tauromaquia realmente no es relevante en un sentido práctico: se trata de un premio creado en 2013 (por cierto, por un gobierno socialista, el de Zapatero, escudero de honor de Sánchez). Pero la cuestión es por qué lo hace. La eliminación responde a la utilización de una institución pública en beneficio de unos intereses ideológicos y partidistas que tienen como horizonte el desprestigio de la fiesta y su marginación.

Un discurso maniqueo

Sánchez ha emprendido la utilización constante de un discurso maniqueo que reduce todo a dos posiciones irreconciliables: o conmigo o contra mí. O el bien, o el mal. Toda la realidad política y social española ha sido reducida a estas dos posturas. Y las consecuencias de una sociedad cada vez más polarizada y de posturas más enfrentadas sabemos bien cuáles son, o deberíamos.